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Jueves 23 de enero- Nieve fresca, esquí y diversión

La nieve cayó toda la noche, y cuando los niños se despertaron, las pistas estaban cubiertas de nieve polvo fresca. El cielo nublado hizo que todo pareciera suave y mágico cuando salieron a esquiar. Aunque la visibilidad no era muy buena, a los niños no les importó: estaban entusiasmados con un día de aventuras. Tras unas horas en las pistas, disfrutaron de un almuerzo caliente en la cantina. Intercambiaron historias y se recargaron para el resto del día. De vuelta a las pistas, se enfrentaron a nuevos descensos, ganando confianza y compartiendo risas por el camino. Por la tarde, algunos se quedaron en el campamento para jugar a juegos de mesa o preparar deliciosos dulces en la cocina, mientras que otros se dirigieron a la ciudad para patinar sobre hielo. Me encantó verlos deslizarse y reír, tan llenos de alegría. Por la noche hubo una cena acogedora y lo mejor del día: ¡la discoteca! Los niños bailaron y rieron, celebrando las amistades que estaban formando. La noche se calmó y se dirigieron a sus habitaciones. Fue otro día perfecto de esquí, nuevas experiencias y creación de vínculos.